Antonio Martín

Antonio Martín

 

Queridos todos,

 

En la noche de ayer, día 17 de octubre 2020, festividad de San Lucas Evangelista, hemos
perdido a Antonio Martín Sánchez.

 

Antonio era madrileño de Madrid, aclaración hecha debida que muchos madrileños no han
nacido en Madrid, ciudad crisol donde las haya. Antonio sí, dado que vino al mundo un 18
de diciembre de 1948, en la calle de Las Hermanas, en pleno barrio de Embajadores, y qué
duda cabe que esto le confirió carácter.

 

Persona capaz y afable, su voz de barítono, cantaba porque le gustaba y lo hacía muy bien,
y su perfecta dicción le hacían ser inmediatamente entendido por todo el que se le acercaba.
Veamos para comenzar, cómo fue la aproximación de Antonio al C.D. Arquitectura,
El gran Lino, en estos días hará 11 años de su irreparable e insustituible pérdida, con su
enorme perspicacia, de manera sorprendente, ya había “pescado” a Carmelo García, el
“Margarito”, a pesar de que parecía que podía ser contrario a los principios elementales de
la Escuela. Pero el “Vito”, como le llamaba, sobre todo la tropa proveniente del Chami
Pucelano, que había logrado reclutar con suma habilidad, se dio cuenta que con éstos y
alguno más, tenía ante sí un caudal de posibilidades, frente al que consideraba, en su
proverbial inteligencia, que era necesaria cierta ayuda.

 

El “Márgaro”, que era otro habilidosísimo conductor, se percató inmediatamente de que
con aquel material humano, podía divertirse, ¡ ojo ¡, dentro y fuera del campo…, y así fue.
Pero una de sus principales aportaciones a la calidad del conjunto, fue que no paró de insistir
a Lino, sobre la oportunidad de incorporar a las filas de la Escuela a un pilier del CAU que le
parecía, en un momento en que los pilieres no tenían la consideración que ahora tienen,
imprescindible para consolidar la delantera. Lino accedió, y Antonio apareció en escena.

 

Tenía oficio, estructura física, y sobre todo determinación, por lo que en lo deportivo encajó
de inmediato y fuimos campeones de Liga por primera vez. En más de una ocasión, escuché
al “Márgaro” referirse a él en presencia de Lino, hablando con la jerga cariñosa que
empleaba, diciendo “qué bueno es este h.p.”. Todo los que han jugado cerca de Antonio, le
han admirado por su capacidad personal y sentido de equipo.

 

Se constituyó en referente del Rugby a nivel de la Escuela, y también como jugador
internacional, y posteriormente asentado en su pasión por el deporte, Antonio ha ido
desarrollando todas las actividades que la edad física le ha ido permitiendo, a la vez que con
una mentalidad siempre joven y dispuesta. Formando parte del elenco de entrenadores del
CDA, fue un ejemplo con notables resultados como los del título 78‐79 de la Copa F.E.R. y
finalista del 80‐81 con el Acantos.

 

Además, sus inquietudes por mejorar el rugby, le llevaron a desempeñar responsabilidades
directivas ocupando la Vicepresidencia de la F.E.R., al ganar las elecciones formando parte
de la candidatura de Antonio Moreno, “Ulises”, entre los años 84 y 90, llegando a ocupar la
Presidencia en funciones en 1989, y recayendo en él la concesión de la Medalla de Oro de la
Federación Española de Rugby en el año 2013.

 

Padre del destacadísimo jugador del C.D.A., Antonio Martín Díaz‐Canseco, también su
hermano Óscar, aunque de manera menos continuada, participó en las categorías inferiores,
no ha dejado en ningún momento de preocuparse por el rugby. Debido a su carácter abierto
y extrovertido ha sido capaz de cultivar unas relaciones internacionales muy provechosas
para el CDA y para el rugby en general, siendo memorable su amistad con Ray Williams de
quien tanto aprendimos en sus visitas a Madrid y Elizondo. Hasta hace bien poco,
conversábamos sobre la posibilidad de montar unos encuentros, quizás bianuales, en
memoria del propio Ray y de nuestro Lino, que aparecen como pendientes en las tareas del
CDA.

 

A Antonio, siempre le recordaremos por su naturalidad, llevada al extremo de que cuando
regresábamos a Madrid después de algunos días de gira, formando parte del CDA o del
Equipo Nacional, nada más llegar al aeropuerto, reprendía a su mujer, Alicia, “por si acaso”.
Con Alicia Díaz‐Canseco, su compañera siempre presente, Antonio ha pasado 50 años de su
vida, tres de noviazgo y 47 de matrimonio, ¡ahí queda eso!. Sin embargo, a la proverbial
naturalidad de Antonio hay que añadirle una gran flexibilidad, se manejaba con cintura y
mano izquierda pero no exenta de contundencia, cuestiones que le han llevado al éxito
también en el plano profesional.

 

Todo esto, unido a un permanente estado de exigencia continua, ha hecho de Antonio un
personaje honesto y cabal, y sobre todo muy amigo de sus amigos.

 

En los últimos tiempos Antonio se ha dedicado a la conformación de un grupo humano
extraordinario en su municipio de Torrelodones. El CDA se siente orgulloso de haber
contribuido a que las nuevas instalaciones deportivas del municipio de Torrelodones lleven
el nombre de Antonio Martín.

 

A los de su generación, después de las pérdidas sufridas, podemos considerar de la Fernando
López Ipiña, “el Nazi”, por temprana como la más inoportuna, a las que inexorablemente
pone punto y seguido Antonio Martín, les toca un tiempo de dificultades, con la esperanza
del día aquel en el que todo se junta, y teniendo presente el lema que habrá que hacer
nuestro, aquel que dice… “que nos quiten lo bailao”.

 

En este momento, sólo nos queda intentar acompañar a Alicia, Antonio, Elsa y Óscar en estos
días que experimentarán la sensación de ausencia y vacío, y así paliar su desconsuelo y
tristeza, haciéndoles saber que su marido y padre fue muy querido por todos nosotros.

 

Hasta siempre Antonio, ¡aupa Escuela!

 

Francisco Javier Olaciregui
CD ARQUITECTURA – PRESIDENTE

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